24 de desembre 2007

Anomia


Entre la palla, l'agulla. Secció de web 2.0 a la web d'El País. La perla, un articlet de Rafael Granero Chulbi sobre la pèrdua de tots els referents racionals que va aportar la Il·lustració davant l'avenç de la revolució homogeneïtzadora de les masses. El corol·lari de tot plegat és una societat què es vol comportar igual, vol pensar de la mateixa manera, i persegueix uns mateixos objectius que la resta del ramat. És una societat gregària que tira cada cop més a tot allò que és pràctic, a l'eficiència econòmica, i en menor mesura a l'eficàcia, i, al mateix temps és una societat que torna a girar-se cap a les supersticions i als fantasmes de l'Antic Règim. El neoliberalisme com un dels últims graons de l'anomia social. Com escriu Granero Chulbi:


Durkheim advirtió que el mercado, el exceso de oferta (clave para el capital) y las relaciones fabriles (en la sociedad de finales del XIX a inicios del XX) provocarían la anomia social (en tanto que desaparición de un determinado nomos o ley: la ley moral). Anomia determinada tanto por una sobreabundancia de la oferta de bienes de consumo (que sólo persiste en tanto que el capital infla artificialmente el deseo de consumo para su propio beneficio) como por una destrucción de las regulaciones sociales anteriores a la modernidad. [...]

La gravedad de lo que hoy acontece estriba en que la anomia ha dejado de ser un mero producto de una determinada cultura social y económica, como lo fue a inicios del siglo pasado, para pasar a ser la estrategia básica de una derivación de esa cultura (la cultura del llamado capitalismo impaciente, en palabras de Richard Sennet: desregulación es su leitmotiv, su concepto insignia) y que la utiliza para su violenta imposición urbi et orbi.

Ya no es que si actuamos de una determinada manera caeremos en la anomia, es que si no nos convertimos voluntariamente en anómicos seremos excluidos de la sociedad capitalista, de toda ella. La racionalidad de la Modernidad Ilustrada buscaba la autonomía (aquel que se dicta las leyes) del ser humano contra la heteronomía (aquel que se rige por leyes de otro) dictada por la Religión y el Mito. Hoy, y ante la contradicción que la racionalidad de la cultura del capitalismo impaciente genera en un ser social y político, como lo es persona por naturaleza, por la doble imposibilidad de dejar de serlo y de poder habitar otra cultura, hay que estar extremadamente formado e instruido en el humanismo para no ser seducido por la religión o el mito. Irónicamente, estudiar sólo ciencias nos puede arrojar en los brazos de los enemigos de la Modernidad.

1 comentari:

  1. Moltes gràcies per la teva més que agradable referència i lloança.

    Rafa Granero.

    ResponElimina